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La Evangelización

De la Exhortación Apostólica
“Evangelii Nuntiandi” del Papa Paulo VI
O8.12.1975.

 

+Enrique Alvear Urrutia
Obispo Auxiliar de Santiago
Vicario Zona Oeste

 

Introducción

Un poco de historia: El 26 de octubre de 1974 terminaba la 3ª. Reunión General de los Obispos Delegados de la Iglesia Católica de todos los países del mundo, bajo la presidencia del Santo Padre, Paulo VI (eso es lo que se
llama el 3er. Sínodo de los Obispos).

Allí los Obispos contaron las experiencias de todas sus Iglesias acerca de la Evangelización de los hombres de hoy.

Como fruto de ese Sínodo, el Papa estudió todas las experiencias y sugerencias que se le entregaron y escribió un documento llamado: “EVANGELII NUNTIANDI” que trata del Anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo.

Este documento comprende los siguientes temas:

  1. Del Cristo Evangelizador a la Iglesia Evangelizara.
  2. ¿Qué es Evangelizar?
  3. Contenido de la Evangelización
  4. Medios de Evangelización
  5. Destinatarios de la Evangelización
  6. Agentes de la Evangelización
  7. El Espíritu de la Evangelización

 

El Sínodo Zona Oeste: En esta etapa del Sínodo vamos a estudiar el II Capítulo ¿Qué es Evangelizar?  A la luz de su enseñanza revisaremos la Pastoral de nuestras comunidades, para darnos cuenta de lo que está bien y cómo hacerlo mejor, de lo que nos falta y en qué estamos débiles o equivocados.

Este estudio, reflexión y revisión lo haremos con humildad y sinceridad.  La palabra del Papa es para nosotros palabra del mismo Jesús que nos habla por su intermedio y nos obliga a agradecerle lo bueno que hemos recibido ya pedir el perdón por lo que no hacemos o  hacemos a medias y a convertirnos de corazón para hacer en nuestra Zona lo que Él quiere para el mundo trabajador, para los marginados y para todos los que viven junto a nosotros.

  1. Idea general de la Evangelización

Hablando en general, una Comunidad Evangélica cuando con hechos y con palabras anuncia  una BUENA NUEVA: “¡Dios está con nosotros! ¡Nos ama! ¡Nos perdona! ¡Nos invita a reconocerlo como Padre y a  hacernos hermanos!  ¡Quiere ayudarnos a crecer, a ser libres hijos suyos tal como su Hijo Jesús! ¡Nos ofrece su salvación en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros!  “Anunciamos la BUENA NUEVA cuando tratamos de vivir como Jesús vivió, sirviendo a todos como Él, amando a los que más lo necesitan como Él hizo”.

Ustedes conocen en la Comunidad personas que siempre anuncian esta “Buena Nueva” (= Evangelio) con su manera de actuar, con su espíritu de servicio, con su abertura a todos su sencillez, su bondad.

Cuando esas personas dicen que son así porque son discípulos de Jesucristo y quieren seguir sus pasos, les creemos porque su vida está de acuerdo con su fe.

¡Esas personas Evangelizan con el testimonio de su vida y su palabra sincera!

1- ¿Con qué hechos ustedes anuncian?

    • que Dios es amor
    • que son hermanos
    • que Dios es Padre de todos
    • que Dios está con nosotros
    • que Cristo nos ha liberado?

2- ¿Conoce alguna persona que trata de parecerse a Jesucristo, es decir, sea Evangelizadora, con sus hechos y palabras? ¿Cuente algún ejemplo?

UNA SOLA MISIÒN…

Pues bien, la Iglesia Católica tiene una sola cosa que hacer: ¡EVANGELIZAR!

Evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda” Ella existe PARA EVANGELIZAR. (E.N. 14).

Y TANTAS TAREAS PASTORALES!

Ustedes preguntan: Si la Iglesia “tiene una sola cosa que hacer”, ¿por qué las Parroquias, las Comunidades Cristianas hacen tantas “pastorales”:

  • pastoral de juventud
  • pastoral de bautismo
  • pastoral de solidaridad
  • pastoral de preparación al matrimonio
  • pastoral de confirmación.
  • pastoral de…. etc.

y fuera de las “pastorales” hacen tantas otras cosas:  Procesiones, Misas, Bendiciones, reuniones…?

Respuesta: Todas las “pastorales” y todas las otras actividades deben integrase en la Evangelización.  Eso es lo que queremos explicar en estas páginas.

ENTONCES, ¿QUÉ ES EVANGELIZAR?

Algo respondimos al comienzo.  Pero hay mucho más que decir.  Evangelizar “es llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todos los ambientes de la humanidad” y, con la influencia de esta Buena Nueva “transformar desde dentro” y “renovar a la misma humanidad”.  Tras una meta “he aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap. 21,5) E.N. 18.

  • ¿Cuándo podemos decir que la Iglesia Evangeliza?

“La Iglesia Evangeliza cuando, por la sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal y colectiva de los hombres… su vida y ambientes concretos (E.N. 19). “Vamos despacito a ver què significan estas palabras”:

a) “Por la sola fuerza… “Esta frase se refiere a la eficacia que tiene por sí misma la Palabra de Dios (Is 55, 10-11; He 4,12-13).

b) Conciencia personal: es el juicio estimativo que hace cada hombre sobre lo que ha  hecho o debe hacer, de acuerdo a los principios en que inspira su conducta.  Así, si Juan es cristiano, su conciencia personal le reprueba el egoísmo y lo impulsa a compartir.

c) Conciencia colectiva: Así como hay juicios personales tan diversos como las personas, hay también juicios o criterios colectivos para juzgar ciertos problemas comunes y tomar decisiones, p. ej. hay sectores que juzgan que se pueda sacrificar la personal al progreso económico y otros que la persona debe prevalecer siempre sobre la economía; unos juzgan que sin más es lícita la esterilización de la mujer y otros que solo en muy contados casos unos que se pueden emplear apremios físicos o morales para obligar a las personas a declarar y otros que nunca es lícito hacerlo; unos que es permitido cualquier uso de la sexualidad y otros que ésta debe subordinarse al amor matrimonial; unos, en la práctica, estiman menos a los pobres y otros creen que siempre deben ser escuchados y respetados, etc.

Tanto la “conciencia personal” como la “colectiva” están muchas veces en de acuerdo con el Evangelio.  Y es el Evangelio el que nos permite ver dónde está el error o la falsedad.

¡Tanto la conciencia personal como la colectiva deben ser evangelizadas! A la vez cambiadas por el Evangelio.

Para facilitar la reflexión den un ejemplo de conciencia personal y colectiva propias del ambiente en que vivimos, que deben ser cambiadas por el Evangelio.  Les proponemos dos ejemplos que ayuden a que ustedes encuentren los suyos.

a) Ejemplo de conciencia personal que debe ser cambiada por el Evangelio: “Las cosas marchan cuando van como yo quiero”.

b) Ejemplo de conciencia colectiva: ¿En su población la mujer es tratada como: superior, igual o inferior al hombre? ¿Por qué?

Al contestar usted verá que se actúa así porque hay una conciencia colectiva.

Zonas territoriales y sectores humanos:

¿Basta que la Iglesia Evangélica zonas territoriales (p. ej.: poblaciones, urbanas o rurales) o también debe Evangelizar sectores humanos integrados por personas domiciliadas en muy variados lugares (p.ej.: sector educacional, sector laboral, sector profesional)?

  • La Iglesia debe Evangelizar zonas territoriales y sectores humanos.

Estos sectores, p.ej. el laboral, el educacional, tienen su propia organización y planes de acción.  Es en ellos donde se elaboran maneras de pensar, valores determinantes, criterios de juicio colectivos que van a inspirar y a servir de modelo de vida a muchos hombres.

La Iglesia debe estar presente en cada sector y allí detectar lo valioso que ellos aportan a la comunidad, (p.ej. búsqueda de la justicia, preocupación por la juventud, sentido de fraternidad). Ese aporte positivo la Iglesia debe purificarlo y enriquecerlo con el Evangelio y si descubre cosas negativas, opuestas a la Palabra de Dios (p.ej. actitudes “clasistas”, modos de pensar materialistas), eso debe tratar de transformarlo con la fuerza misma del Evangelio.

Reflexión:

  • ¿Detectamos en nuestra Zona sectores que no están comprendidos en el plan de Evangelización? ¿Cuáles?
  • En nuestras Parroquias, en nuestras Comunidades ¿Nos limitamos a lo exclusivamente territorial?
  1. ¿Qué elementos comprende la evangelización, según la “Evangelii Nuntiandi”
  1. El testimonio, Nº 21
  2. El anuncio explícito, Nº 22
  3. La adhesión del corazón, Nº 23,1
  4. Entrada visible a una Comunidad Eclesial, Nº 23,2
  5. Aceptación de los Sacramentos, Nº 23,3
  6. Actitud Evangelizadora, Nº 24

1. El testimonio:

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:
  • Dar ejemplos de testimonios personales en la Población, en el trabajo, en la vida familiar, etc.
  • ¿Estimamos como testimonio cristiano los comedores infantiles u otros, los equipos de salud, los centros de Apoyo escolar, los clubes de recuperación antialcohólica?  ¿Por qué?  Busque en el Evangelio algún hecho de Jesús que se parezca al trabajo de comedor, salud, apoyo escolar, recuperación antialcohólica.
  • ¿Ud. piensa que se puede evangelizar sin dar testimonio con la vida de la fe? ¿Por qué?
  1. Juzguemos nuestras respuestas a al luz de Ev. Nuntiandi:

Ordinariamente, la Iglesia toma contacto a través de sus miembros con “personas alejadas”, o entra en ambientes no cristianos o descristianizados y allí, sin hablar, comienza a dar testimonio de su fe y compromiso con Jesús.

¿Cómo?

    1. Los cristianos se interesan en los problemas personales y colectivos de todos;
    2. Solidarizan con los esfuerzos de todos en lo que tienen de noble y bueno, y muestran aprecio por estos esfuerzos aunque no hayan nacido de la comunidad cristiana;
    3. Expresan con acciones concretas su amor fraterno, desinteresado, incansable y abierto a todos sin excepción;
    4. Con su modo de actuar irradian su fe en Jesucristo y logran producir en su ambiente un clima de mutuo respeto, de amistad y sinceridad;

Este “testimonio cristiano” sin palabras impacta a la gente que comienza a plantearse algunos interrogantes: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven y sirven de esa manera? ¿Quién los alienta e inspira? ¿Por qué se preocupan de nosotros?

Este testimonio es ya una proclamación silenciosa, muy clara y eficaz, de la Buena Nueva.

  1. A la luz de esta enseñanza analicemos algún ejemplo de testimonio personal o de toda la Comunidad Cristiana.
  • Es nuestra vida entera un testimonio del Evangelio? (Mat. 5,16)
  • ¿Qué debemos mejorar? ¿Cómo hacerlo? Propongan cosas concretas.

El testimonio de la solidaridad

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:
  • ¿Cómo expresa cada uno y la Comunidad Cristiana en conjunto su solidaridad con los demás? Cuente hechos.
  • ¿Se requiere ser cristiano para practicar la solidaridad? ¿Qué motivaciones solidarias nos proporciona nuestra fe en Cristo? Busque en el Evangelio.
  • ¿Ud. piensa que sería digno del Evangelio obligar a una mamá que lleva sus niños al comedor a recibir catequesis? ¿Por qué no es digno? ¿Cómo evangelizar a estas mamás?
  1. Juzguemos nuestras respuestas a la luz de la Palabra de Dios y de la “Pastoral de la Solidaridad” (25-VII-75) del Cardenal y Vicarios de Santiago.

El modelo y fuente de la solidaridad cristiana es el mismo Cristo: “Bien conocen la generalidad de Cristo nuestro Señor.  Por Uds. se hizo pobre siendo rico, para hacerlos ricos con su problema… Busquen la igualdad; al presente Uds. darán de su abundancia lo que a ellos les falta, y algún día ellos tendrán en abundancia para que a Uds. no les falte” (2ª Cor 8, 9-10; 14-15).

“La Iglesia a lo largo de los siglos ha evangelizado al mundo antiguo mostrando no solo una doctrina, sino una vida nueva, que se expresa prácticamente en el compartir con otros”.

“El simple humanitarismo o solidaridad por amor al hombre sobre todo cuando lleva consigo el olvido de sí mismo y el sacrificio, es cristiano: abiertamente cuando lo hace por imitar a Cristo y sin saberlo cuando alguno lo hace porque ve en el hombre a un hermano sin tener todavía el don de la fe en Cristo.

La solidaridad hace sentir a la Iglesia una triple responsabilidad:

    1. Reconocer e interesarse por toda acción efectivamente solidaria: de quién quiera que sea y hacia quién quiera que sea.
    2. Estimular a los creyentes a que se superen en generosidad ante los ejemplos que nos da con frecuencia “los cristianos anónimos”, es decir, los que sin tener fe en Jesucristo, viven de ciertos valores cristianos (p.ej. buscan la justicia, el amor a los pobres, aman la rectitud en el obrar).
    3. Alégrense de hallar esos “cristianos anónimos” para acompañarlos en su camino hacia Cristo.

 

El deber de la solidaridad no se agota con el simple compartir con los necesitados.  La lucha por la justicia es también una auténtica forma de amor solidario.  La obra de la evangelización no puede olvidar las cuestiones tan agitadas hoy día relativas a la justicia, a la liberación, al desarrollo y a la paz en el mundo (ver Ev. Nuntiandi 31).

Todo servicio solidario hecho con el espíritu del Evangelio debe ayudar y promover la liberación de los hombres y no crear lazos de dependencia, p.ej. los comedores deben ayudar a las mamás y papás a tomar ellos la responsabilidad total del comedor.

  1. Reflexión
  • Hemos reducido la solidaridad a los comedores, bolsas de cesantes, equipos de salud, etc.? ¿Qué pasará con la solidaridad el día que se acaben todas esas obras de solidaridad? ¿Cómo seremos solidarios concretamente?
  • ¿Cómo convertir la solidaridad en un testimonio permanente de las comunidades cristianas y cómo hacer de la solidaridad un testimonio evangelizador? Señale pistas.
  • ¿Apreciamos las iniciativas solidarias que no nacen de nosotros? ¿Ayudamos a los “cristianos anónimos” a su encuentro con Jesucristo con nuestro testimonio de amor y comprensión? Dé ejemplos.

2º El anuncio explícito

  1. Sugerencias para ubicarnos en este tema:
  • En el trato con gente “alejada” o “no creyente”, ¿Le ha tocado a Ud. llegar a un momento en que ha debido hablarle claramente de Jesucristo, de Dios?
  • ¿Puede haber testimonio sin anuncio explícito (expreso)? ¿Puede haber anuncio explícito sin testimonio?
  1. Juzguemos nuestros criterios y respuestas a la luz de Ev. Nunt. 22.

“El más hermoso testimonio se revelará a la larga impotente si no es esclarecido (iluminado), justificado, explicitado, por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús”.

Jesús anunció la Buena Nueva con signos y palabras (Nº 12).

Signos: Su misma persona, su vida de amor y obediencia intachable al Padre y su entrega permanente a los hombres, con predilección por los pobres y marginados; sus numerosos milagros (Jue. 7,22-23): Todo eso hace de la Persona de Jesús un “signo” vivo y permanente.

Palabra: Jesús explica el signo de su vida:  “Hago siempre lo que agrada a mi Padre” (Jn 8,29).

Los milagros van acompañados de una palabra que explica el significado de ellos, p.ej. la multiplicación de los panes significa que Cristo trae para todos los hombres el pan de vida eterna que es su propio cuerpo. (Jn. cap. VI).

No hay Evangelización verdadera, mientras no se habla expresamente de Jesús, de su doctrina, de su vida, de sus promesas, del Reino, del Hijo de Dios hechos Hombre, muerto y resucitado para nuestra salvación, del don del Espíritu Santo, del amor del Padre que nos salva en Jesucristo.

Este anuncio debe dar respuesta a las interrogantes e inquietudes que se plantean nuestros evangelizados.  En forma especial, debe dar respuesta al profundo anhelo de liberación:

“La Iglesia… tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos… el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total.  Todo esto no es extraño a la evangelización” (Nº 30).

“La liberación que anuncia la evangelización y se esfuerza por poner en práctica… no puede reducirse a la simple y estrecha dimensión, económica, política, social o cultural, sino que debe abrazar al hombre entero, en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto que es Dios” (N1 33)… es liberación de todo lo que oprime al hombre… sobre todo liberación del pecado y del Maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por Él…” (Nº 9).

Este anuncio explícito se hace en nuestras Comunidades de varias maneras:

    1. Cuando se habla abiertamente de Jesucristo a quienes no lo conocen (= Kerigma).
    2. Cuando se educa la fe de quienes ya creen y se han comprometido con Jesucristo (= Catequesis).
    3. Cuando se alimenta la fe de los cristianos por la predicación (= Predicación).
  1. Reflexión
  • En la práctica, ¿Separamos o unimos el testimonio y el anuncio explícito?
  • El anuncio de Jesucristo ¿Toma en cuenta la realidad que vive la gente?
  • Nuestro anuncio, ¿explica a las personas lo que Dios está haciendo en ella y lo que Dios quiere de ella?
  • Nuestra Evangelización y servicio de solidaridad, ¿libera y capacita a quienes evangelizamos y servimos para ser ellos mismos los responsables de su historia?
  • En nuestras comunidades, ¿formamos cristianos liberadores? (Ev. Nunt. 38: “suscitar cristianos que se dediquen a la liberación de los demás”).

3º Adhesión del corazón

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:
  • ¿En cuál de estas dos situaciones ubicamos nuestra manera de evangelizar?:
  • Estilo frío, intelectual, tal vez ameno, pero no toca el corazón.  La gente aprende algo nuevo, pero no siente el deseo de seguir a Jesús.
  • La Palabra ilumina, toca el corazón, invita a conversión.
  • El anuncio que hacemos, ¿expresa nuestra vivencia o experiencia personal, o es más bien entregar algo “aprendido”?
  • ¿Qué queremos conseguir al dar una charla, al hacer una catequesis, al explicar el Evangelio?
  1. Juzguemos nuestras experiencias a la luz de Ev. Nunt. Nº 23.

No basta cualquier anuncio de Jesucristo.

El anuncio (Kerigma, catequesis o predicación) siempre debe ir acompañado de un llamado o invitación a la conversión.

La gente que escuchó la predicación de los Apóstoles el día de Pentecostés, sintió traspasado su corazón y preguntó a Pedro y demás Apóstoles:

“¿Qué tenemos que hacer hermanos?... Arrepiéntanse bautícense confesando que Jesús es Mesías para que se les perdonen los pecados y reciban el don del Espíritu Santo” (He 2, 37-38).

Cuando Jesús iba conversando con los discípulos de Emaus y antes de que lo reconocieran, ellos sentían arder su corazón mientras les hablaba (Lc. 24,32).

Por eso, el anuncio no adquiere toda su dimensión más que siendo escuchado, aceptado, asimilado y cuando hace nacer en quien lo recibe una adhesión del corazón al programa de vida que propone Jesús.

Si después de nuestras charlas, catequesis, predicaciones, nadie pregunta: “¿Qué debemos hacer hermanos”?, es casi seguro que nuestra palabra no ha tocado el corazón de las personas.

  1. Reflexión
  • Nuestras charlas, catequesis, etc. ¿buscan en la práctica esa “adhesión del corazón” o nos contentamos con “enseñar la doctrina”?
  • Al anunciar el Evangelio, ¿nos dejamos interpelar por la Palabra? ¿Comprendemos que solo así transmitiremos una experiencia a los evangelizados? ¿Si alguien se abre a esa adhesión?, ¿lo acompañamos en su camino?

4º  Entrada visible a una comunidad de cristianos

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:

¿Cuál de los siguientes criterios predominan en nuestro anuncio del Evangelio?

    1. Basta con anunciar a Jesucristo.  Hay que ser desinteresado y no ser “proselitista” (o sea, predicar el Evangelio para que hayan más católicos en la Iglesia).  Nosotros somos Iglesia que anuncia a Jesucristo y no Iglesia que anuncia a la Iglesia para conseguir más gente.
    2. No podemos hablar de Jesucristo sin hablar de su Iglesia.  El que descubre a Jesucristo debe ser invitado a incorporarse a su Cuerpo que en la Iglesia.
  1. Ahora juzguémonos a la luz de EN:

Los que escucharon el sermón de Pedro el día de Pentecostés, se convirtieron, fueron bautizados y se incorpora con la paciente Comunidad Cristiana de Jerusalén.  (He 2,41).

La Iglesia hace normalmente de la Palabra y se renueva mediante la Palabra que invita a aceptar a Cristo en su propia vida en un compromiso tal con Él que comprende normalmente, la incorporación activa a su Cuerpo que es la Iglesia.

La aceptación de Jesucristo y su Evangelio, no puede quedar en un simple buen deseo, o expresarse tan solo en algo personal, aislado.  Esa aceptación se manifiesta, concretamente, por medio de una entrada visible en una comunidad de cristianos.

No se puede amar a Cristo sin amar a su Iglesia, que es su gran amor: Jesùs “amó a la Iglesia y se entregó por ella” (Ef 5,25.  EN 16).

  1. Preguntas de reflexión:

    1. ¿Sucede normalmente que los catequizados (en charlas, reuniones catequesis de 1ª Comunión, etc.). se incorporen a nuestras Comunidades Cristianas.
    2. Nuestra Comunidad Cristiana ¿es suficientemente atractiva por su testimonio cristiano para atraer a los catequizados?

5º  Acogida a los sacramentos

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:
    1. Las personas que participan en nuestras catequesis, etc.  ¿Llegan a sentir la necesidad de una permanente conversión que valorice la recepción adecuada del Sacramento de la Penitencia?  Dar ejemplos.
    2. Para los que nos encontramos en esta reunión, ¿qué significan los sacramentos en nuestra vida cristiana corriente?  Dar testimonios muy sinceros.
    3. Mirando a nuestra conducta práctica, ¿pensamos en una Iglesia sin sacramentos?
  1. Ahora juzguémonos a la luz de EN:

Normalmente la evangelización (catequesis, predicación, etc.) conduce a los sacramentos y éstos dejan de ser “cosas” que hay que recibir.  Son signos de la acción salvadora y santificadora del mismo Jesús: es Él quien purifica del pecado y nos une a su Cuerpo en el Bautismo; es Él quien nos comunica su Espíritu y nos capacita para dar testimonio constante de su Evangelio; es Él quien nos reconcilia con su Padre y con los hombres al darnos su perdón en la Penitencia; es Él mismo el que se entrega a nosotros como alimento de nuestra vida cristiana en la Eucaristía, etc.

Mediante los sacramentos nos comunica una gracia que nos une a su Persona a la vez que vigoriza nuestra adhesión a la Iglesia y nuestra fidelidad al Evangelio.

El cristiano convertido desea los sacramentos porque cree en Cristo y por necesidad espiritual y no porque “hay que recibir los sacramentos”.

Por medio de la Palabra y de los Sacramentos el mismo Cristo edifica incesantemente su Iglesia misionera.

El tema de los sacramentos va unido al tema de la oración.  La Iglesia celebra los sacramentos en un clima de oración, de intimidad con Dios.  Los cristianos deben ser iniciados en la oración al tiempo de ser evangelizados y de ser iniciados en la vida sacramental.

  1. Pregunta de reflexión:
  • ¿Qué importancia tienen en nuestra Parroquia o Comunidad la celebración de la Eucaristía?
  • Solo es un rito obligatorio.
  • Es la Cena del Señor, o sea, la Asamblea de los creyentes que renuevan su unión y su compromiso con Cristo y con los hermanos.
  • ¿Qué efectos prácticos han producido y producen en nuestra vida tanto los sacramentos que se reciben una sola vez (Bautismo, Confirmación) como los que se reciben con cierta regularidad (Penitencia, Eucaristía) o el que se recibió una vez (matrimonio, pero puede repetirse si muere uno de los esposos).
  • ¿Qué lugar práctico tiene la oración en la vida de cada cristiano y en la Comunidad Cristiana?

 

6º   Actitud evangelizadora

  1. Sugerencias para ubicarnos en el tema:
    1. Nuestros evangelizados: ¿Se convierten normalmente en evangelizadores con su testimonio y su palabra?  Dar ejemplos positivos y negativos, y el porqué.
    2. Nuestra Comunidad, ¿en qué pone su mayor preocupación:
      1. Atención de los que vienen a pedir sacramentos;
      2. Búsqueda de los que no vienen.
      3. Busca una justa proporción de tiempo y personal para atender lo uno y lo otro.
  1. Juzguémonos a la luz de EV:

La prueba de que la evangelización ha sido completa y que ha llegado al fondo de la persona es ésta:

 

El evangelizado se convierte en evangelizador

Es imposible que un hombre acoja la Palabra y se entregue al servicio del Reino sin convertirse en cristiano que da testimonio y anuncia.

Al acoger la Palabra su vida comienza a transformarse en signo evangelizador y no puede dejar de hablar de lo que llena su corazón.

Ej.: la mujer samaritana al reconocer a Jesús como el Mesías, no pudo ocultar su alegría y por eso lo anuncia a los samaritanos, (Jn 4,25-30).  Léanlo y coméntenlo.

Los discípulos de Emaus reconocieron a Jesús Resucitado en la fracción del pan y no pudieron dejas de anunciarlo a los demás discípulos. (Lc 24,33-35).

  1. Reflexión

Nuestra Comunidad ¿es Comunidad misionera?  Hay iniciativas para llevar el Evangelio a los “alejados”… a los “no creyentes”…  ¿Hay preocupación por llevar una presencia cristiana a los ambientes, a las organizaciones del barrio o a otros sectores donde se desconocer el Evangelio?

¡Hablar con mucha sinceridad!

En resumen:

Ahora podemos comprender que la evangelización abarca toda la Pastoral de la Iglesia.

Las distintas “pastorales” deben ser juzgadas a la luz de esta visión global de la evangelización.  Serán buenas si se integran en este conjunto y serán deficientes en la medida que sea pastorales asiladas.  O, si se quiere, serán buenas, si se orientan en la línea de esta evangelización, serán deficientes si son parciales y no apuntan al objetivo total de la evangelización: transformar desde dentro la conciencia personal y colectiva de los hombres de acuerdo a Evangelio de Jesucristo para que crezca el Reino de Dios.

“Solo hay una tarea pastoral: Evangelizar a través de diferentes modos, y tareas.  Lo importante es que cada uno seamos evangelizadores.

A un muchacho a quien yo conozco, cuando lo veo hablar, actuar, hacer gestos pienso siempre en su padre porque este muchacho es su vivo retrato.  Ser evangelizador es tratar con todas las ganas y con la fuerza de Dios de que con nuestra hablar, actuar y hacer gestos otros puedan decir es el “vivo retrato” de su padre.

En toda esta tarea evangelizadora está íntimamente presente el Espíritu Santo, sin el cual nuestra palabra y nuestra acción nada podrían lograr (Jn 15,26-27; 16,8-11).  Nosotros creemos que “en la mañana de Pentecostés María presidió con su oración el comienzo de la Evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo.  Sea ella la Estrella de la Evangelización siempre renovada, que la Iglesia… debe promover y realizar, sobre todo en estos tiempos difíciles y llenos de esperanza”  (EV 82).

 

De la Exhortación Apostólica
“Evangelii Nuntiandi” del Papa Paulo VI
O8.12.1975.

 

+Enrique Alvear Urrutia
Obispo Auxiliar de Santiago
Vicario Zona Oeste

 
 
     
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